Benjamín Prado, sin cubrirse las espaldas
Benjamín Prado (Madrid, 1961) es un novelista, ensayista y poeta español. Ha recibido diversos premios, entre los que se encuentran el Hiperión, el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla, el Premio Andalucía de Novela y el Generación del 27. Su obra ha sido traducida en numerosos países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Bélgica, Grecia, Estonia, Letonia o Hungría, y publicados también en Argentina, Cuba, Colombia, Chile, México, Perú y El Salvador. Sus primeros cinco libros de poesía, Un caso sencillo (1986); El corazón azul del alumbrado (1990); Asuntos personales (1991); Cobijo contra la tormenta (1995) y Todos nosotros (1998), están reunidos, junto con numerosos inéditos que van incrementándose en cada una de sus ediciones, en el volumen Ecuador (2002). Después ha publicado Iceberg (2002) y Marea humana (2007). Los aforismos que aquí presentamos, reproducidos con el consentimiento expreso y por escrito del autor, lo muestran como un autor sagaz, lúcido y humorístico, capaz de transformar cualquier acontecimiento de la vida cotidiana en una frase brillante y certera, válida por sí misma de manera general.
Hay gente que tan sólo quiere llegar a ti para poder contar que ha pasado de largo.
Para algunas parejas, estar en el mismo barco significa que si uno rema el otro echa el ancla.
Cuando la mentira golpea, la verdad duele.
Después de una pelea es fácil sospechar que lo que el otro jura que no quiso decir, es justo lo que piensa.
La vida es el único círculo en el que se dan muchas vueltas sin volver a pasar nunca por el mismo punto.
La estupidez siempre es más grande que el recipiente que la contiene.
En la batalla del matrimonio el desertor de una guerra puede ser un héroe en otra.
El aullido del animal busca el lenguaje; el grito del ser humano, lo rehuye.
Hay muchas maneras de abandonarte; y algunas formas de seguir contigo están entre ellas.
La tristeza es como las heridas: si no le echas alcohol, se infecta.
Hay personas que no necesitan moverse para estar de paso.
Antes de perderte en tus pensamientos, asegúrate de que sabrás encontrar el camino de vuelta.
Prefiero no cubrirme las espaldas a no dar la cara.
Para algunos, la mente es un balcón; para otros, el trastero.
Lo contrario de aceptar órdenes no es darlas, sino desobedecer.
Dar mal ejemplo es un modo de enseñar lo que no sabes.
Tratar de olvidarte me recuerda a ti.
Es mejor empezar de cero que seguir siendo un cero a la izquierda.
Hay que ser muy necio para tratar de cambiar a quien te acepta tal y como eres.
Lo máximo a lo que aspira el cobarde es a ser el zapatero del héroe que murió con las botas puestas.
La añoranza es el deseo hacia atrás.