El Aforista somete a los aforistas españoles al Cuestionario Chamfort, un listado cerrado de preguntas sobre la escritura más breve, con el propósito de cartografiar un mapa más o menos minucioso del estado del género actualmente en España.
José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) es profesor de Ciencias Sociales en un instituto público de Rivas-Vaciamadrid (Madrid). La antología Mapa de ruta (Maillot Amarillo, 2010) compendia su obra poética, formada por siete libros, con reconocimientos como el Premio Luis Cernuda, el Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, o el Premio Hermanos Argensola. En 2013 se publicó Ninguna parte, editado por la Isla de Siltolá. Otras obras suyas son el diario Reencuentros, el libro de entrevistas Palabras adentro y Protagonistas y secundarios, estudios sobre poesía contemporánea. Es responsable del blog Puentes de Papel. En el género aforístico, Morante ha publicado Mejores días y tiene en prensa Motivos personales.
1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir a aforismos de una forma consciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?
No recuerdo una fecha exacta, pero los primeros aforismos de mi libro Mejores días (Mérida, 2009) nacieron hacia 2005, ya como textos autónomos para integrarse en un libro futuro. Antes escuché con frecuencia que muchos de mis poemas tienen un cierre aforístico; así que no fue una decisión brusca en mi escritura.
2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?
No existen fórmulas fijas. Por lo general suelen presentarse con un detonante concreto: una vivencia, una lectura, un asunto laboral… Así alcanzan una primera redacción que después modifico varias veces. La intuición es una brújula perezosa y poco fiable.
3. ¿Cuáles son sus aforistas de cabecera?
Mis estaciones de vuelta son dos, Friedrich Nietzsche y Elias Canetti. Pero no monopolizan mi mesilla, dejan sitio a los moralistas franceses o a clásicos y coetáneos que me dejaron el alborozo intacto de un descubrimiento.
4. Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.
Los gustos cambian con el discurrir temporal y la estructura del género no invita a la memorización, como un poema rimado; más bien a la reflexión. Los estados de ánimo también regulan las preferencias. El que hoy prefiero no es el de ayer y mañana será sustituido por otra lectura. Este de Ramón J. Sender se escucha muy bien: “El error de haber nacido se corrige siempre”.
5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?
En la edición que Renacimiento hizo de los aforismos de Nietzsche existe un índice temático, y sería fácil elegir una respuesta. Sin embargo la cualidad esencial del aforismo es su diversidad. No me gustan los aforismos que se miran su propio ombligo. Así que callo cualquier aforismo narcisista.
6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a otros géneros?
Desde que abrí el blog “Puentes de papel”, el 30 de diciembre de 2011, la práctica aforística ha ganado musculación y presencia. Su filosofía concisa y su ajuste léxico muestra grandes afinidades con el tiempo binario de internet. Además es un género sedentario en mi trabajo que comparte espacio con la crítica y la poesía en buenas relaciones de vecindad.
7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?
No. Aquí no sirve la especulación. Los falsos materiales no pueden disimularse; por tanto los espejismos apenas salen a la superficie. En las últimas décadas, se han constituido nuevas colecciones que invitan al lector a sumarse al género. Y también hay una mayor solicitud de frutos aforísticos por parte de los editores. Así que parece que hay una cosecha cualitativa.
8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?
Ya he comentado en una respuesta anterior que vivimos tiempos de celeridad comunicativa y el aforismo se ajusta bien a este trayecto en ruta. Un cantar de gesta en el blog es ilegible; un haiku o un aforismo invitan a una degustación al paso. Son aperitivos creadores que no sacian el hambre de buena literatura pero diluyen sus efectos.
9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?
Consignaría como virtudes la precisón, el fondo argumental incansable, la facilidad de lectura y el afán comunicativo. Los peligros también son explícitos: el tono solemne de púlpito y dogma, la obviedad, el razonamiento sin matices…
10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.
Debo ser generoso con su paciencia. Dejo dos:
“Antes del alud, elogiaba la belleza impasible de aquella roca”.
“Cuando el lunes se despista deja en los espejos una sonrisa dominical”.