Resistiendo ante la ola perfecta: de los diarios de J.C. Cataño


Foto de Carles Fargas
José Carlos Cataño (La Laguna, 1954) es un poeta, narrador y ensayista español. Entre su narrativa se incluye Disparos en el paraíso (1982), Muerte sin ahí (1986), El cónsul del mar del Norte (1990) o Lugares que fueron tu rostro (2008). Su poesía completa se reúne en el volumen El amor lejano. Poesía reunida, 1975-2005, publicado por Reverso Ediciones, Barcelona, 2006. Mención especial merecen sus diarios, cuyo segundo volumen acaba de ser publicado por Renacimiento, Sevilla, 2014. El Aforista espiga un puñado de excelentes aforismos del primer tomo de los mismos, Los que cruzan el mar. Diarios, 1974-2004, Pre-Textos, Valencia, 2004.



No estaba escrito que lográramos algo: sólo que habríamos de desviarnos.


La mayor afrenta sería pertenecerme.


Cada uno frente a cada uno otro. Cada uno mismo frente al uno de uno mismo.


El pasado se recuerda para olvidarlo.


El que huye desplaza tras de sí el motivo de su temor.


La absoluta palabra impronunciable es el verdadero sentido del poema.


Un artista no movido por la compasión es indecente.


Una vez que tocamos fondo iniciamos el ascenso desolados y sobrecogidos.


Todos tenemos hasta el final la posibilidad de dejar una palabra, un eco encarnado, una ilusión conseguida de seguir siendo uno, en una sola frase, en este momento.


Una toma de conciencia que vuelve deseable un acto. Eso sería para mí la fortaleza.


Toda experiencia es sólo aproximada.


Lo inmaduro, lo que aún no ha encontrado forma, siquiera en el pensamiento, también posee hermosura y perfección.


Desconfiad de las frases bellas, de los sonidos rotundos, de la fonética de lo bien sonante.


¡Adulto, pero todavía hechizado!


Lo sagrado es el júbilo que unge el vacío.


La soledad es luz, un resplandor acerado y amplio como el paisaje que fatiga la mirada.


Mientras sepamos regalarnos con las cosas del mundo, seremos capaces de hallar el consuelo de la soledad de los elementos.


En la rara tierra de la quietud, mi cuerpo es un hueco que el tiempo perfila.


Lo que importa es rectificar, profundizar en los antiguos temas, desmantelar o continuar determinados mitos a la luz de las experiencias personales, lo que sería una eficiente revolución permanente.


¿No volver más? ¡Qué poco importa eso cuando el problema es que no se puede volver a uno mismo! Uno avanza ya incluso a despecho.


Resiste ante la ola perfecta cuyo dibujo se insinúa desde el porvenir.



 microfilias



Vauvenargues: la virtud de la indulgencia

Voltaire, de quien era amigo, dijo de él que era "un verdadero filósofo, que vivió como un sabio y murió como un héroe, sin que nadie se enterase". Ciertamente, su repercusión ha sido mucho menor que la de sus coetáneos, sin que su talento sea la única explicación para semejante agravio compatativo. Encontramos en Vauvenargues un espíritu abierto, flexible, tolerante, pero a la vez crítico, irónico y sagaz, sorprendente para un hombre que murió con 32 años, y cuyas reflexiones y pensamientos se mantienen a igual distancia del pesimismo ramplón y del optimismo ciego. Un clásico a redescubrir, del cual presentamos una selección de aforismos en una traducción propia de El Aforista.


Benjamín Prado, sin cubrirse las espaldas

Benjamín Prado (Madrid, 1961) es un novelista, ensayista y poeta español. Ha recibido diversos premios, entre los que se encuentran el Hiperión, el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla, el Premio Andalucía de Novela y el Generación del 27. Sus primeros cinco libros de poesía están reunidos en el volumen Ecuador (2002). Después ha publicado Iceberg (2002) y Marea humana (2007). Los aforismos que aquí presentamos lo muestran como un autor sagaz, lúcido y humorístico, capaz de transformar cualquier acontecimiento de la vida cotidiana en una frase brillante y certera, válida por sí misma de manera general.


Los violentos aforismos gráficos de Eko


Si una obra descuella poderosamente en el corpus creativo de Eko son sus Aforismos y máximas, reunidos en un libro publicado por la editorial mexicana Jus en 2010 y que reúne 365 grabados a punta de cuchillo, en un provocativo ejercicio de lo que el autor llama bibliomancia. El proyecto consiste en brindar al lector una suerte de oráculo, al estilo del I Ching, de manera que pueda obtener una guía para el quehacer cotidiano consultando una lámina diaria. Este libro, todavía no disponible en España, ha conocido un enorme impacto internacional. El Aforista presenta una breve selección de los mismos, junto con un somero análisis de la obra y el estilo de este autor fértil, anómico y fenomenal.




Cuestionario Chamfort

El Aforista invita a los principales aforistas españoles a someterse a un escrutinio meticuloso acerca de sus métodos compositivos, gustos personales, autores de referencia, etc. Son diez preguntas que forman un listado cerrado cuya pretensión no es otra que cartografiar el estado actual del género, así como presentar un perfil sucinto y definido de los autores más solventes en nuestro país.


Oscar Wilde: el superhombre era él

Como atestigua una reciente edición de sus aforismos, Oscar Wilde poseía una perspicacia fuera de lo común; una capacidad de análisis social y moral incomparable; un estilo brillante, portentoso quizás. Cabe aclarar: Wilde no fue simplemente un literato, un hombre de letras, un muñidor de ficciones al servicio del entretenimiento y/o el deleite pasajero. No, Wilde fue un pensador, tal vez no un filósofo (por cuanto no remite, ni explícita ni implícitamente, a la gran tradición filosófica), pero sí un espíritu crítico guiado por la sed de conocimiento y el odio a la mixtificación... él, que siempre defendió la máscara como suprema faz.


Andrés Trapiello: El don de la conformidad

Si una peripecia diarística resulta especialmente llamativa en la literatura española contemporánea es la de Andrés Trapiello. Emprendida en el año 1990 con El gato encerrado, se viene prolongando a lo largo del tiempo con una tenacidad y coherencia que hay que agradecer, tanto al autor como a los editores, en esta época de compromisos efímeros y fidelidades que hincan la rodilla ante el primer contratiempo. De entre ellos, hemos espigado un puñado de espléndidos aforismos que revelan a un autor espléndidamente dotado para el género, y cuyo talento narrativo le informa puntualmente de cuándo una intuición requiere ser desarrollada en forma de párrafo o resultará más efectiva, desde el punto de vista del efecto literario, quedando en el estado de austero esbozo, de embrión o de promesa.



El elogio del aforismo de Ramón Eder



Un aforismo puede ser una minúscula obra maestra. Cuando el humorista Lichtenberg apunta "Aquel hombre era tan inteligente que casi no servía para nada", hace una broma inolvidable. Al escribir el sutil Joubert "Cuando mis amigos son tuertos los miro de perfil", dice en pocas palabras algo admirable. Los aforismos en su brevedad demuestran la increíble fuerza de las palabras. En este artículo, Ramón Eder traza una deliciosa panorámica sobre el género más breve y más intenso de la literatura.



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