José Luis Trullo.- Sorprende -y mucho- el título que ha escogido el escritor León Molina para rotular su primer libro de aforismos, porque si algo se nos antoja, es una cartografía precisa, meticulosa e incluso pormenorizada de un sitio: ese al que el autor ha "llegado" (según confesaba en uno de sus poemarios), un espacio entre impersonal e íntimo en el cual es posible empezar a sacar algunas conclusiones sobre lo que tiene la vida humana de ilusorio, pero también de veraz; de precario, pero también de entrañable; de individual, pero también de compartido y mutuamente comunicado. "El que coexiste, existe; el que convive, vive". Y es que Molina consigue trazar el plano de un lugar muy poco común, aunque en realidad pertenece a todo aquel que aspire a acceder a él: el de la lucidez risueña, pacífica y conciliada consigo misma y con el mundo.
Vaya por delante: Molina es un aforista portentoso, muy dotado, que rehuye con disciplina el chiste y la vana ocurrencia, para acometer sus composiciones con una precisión exquisita, donde nada sobra ni se echa en falta. Son sus textos sumamente breves, sintéticos, aquilatados, aunque para nada simples: rezuman esa dulce ambigüedad que caractiza a los grandes cultivadores del género. Casi nunca pontifica, y cuando lo hace es con la sabia benevolencia del amigo que va a respetar lo que, en cualquier caso, queramos hacer con nuestra vida. "Seducir es inducir sin aducir".
Este comentarista ya conocía una gran parte de los aforismos que componen el libro, pues el autor los había dado a conocer previamente en redes sociales; sin embargo, el efecto que provoca su lectura conjunta es descomunal. Confieso que tuve que administrarla con paciencia e incluso pacatería, ya que la misma me suscitaba una euforia que ríanse ustedes del celebérrimo síndrome de Stendhal. "Una persona que no puede estar sola, solo puede estar con los demás a medias". "La melancolía, si hace bien su trabajo, nos conduce a la alegría". "La certeza es pasado, la duda futuro".
Gota a gota, con una exactitud deslumbrante, van acertando las frases una tras otra en la diana, y eso es muy difícil de ver, ya no digo en un volumen de aforismos, sino en un libro cualquiera. Mapa de ningún sitio es, sencillamente, magistral, mayúsculo incluso en su relativa modestia, apenas 74 páginas.
Leyendo los aforismos de Mapa de ningún sitio uno recobra la esperanza, quizás no en el ser humano (que es una criatura demasiado imperfecta como para confiar en ella), sino en los frutos que es capaz de aportar al acervo colectivo. Gracias, León, por haberlos compartido con nosotros. Fue un auténtico placer y un verdadero honor haberte podido leer y aprender de tus palabras. Hasta la próxima, maestro.
León Molina, Mapa de ningún sitio. La isla de Siltolá, Sevilla, 2015.
Aforistas españoles vivos
Como un suculento y nutricio menú degustación ha sido mi lectura de este Aforistas españoles vivos que Libros al Albur ha puesto al alcance de los lectores aficionados al género. Un espléndido menú de once platos sabiamente combinados en los que, en variadas dosis y tiempos de cocción, y picando de aquí de y de allá, se paladean todos los sabores conocidos, si bien, al menos para quien esto suscribe y acaso producto de los tiempos que corren, lo ácido y lo amargo se llevan la palma.
De los aforismos de Lichtenberg, que tradicionalmente han conocido una excelente acogida en el mercado editorial español, existen tres ediciones distintas, publicadas por Edhasa, Cátedra y Fondo de Cultura Económica. Este volumen publicado por Hermida Editores, el primero de la obra completa que ahora se publica en traducción de Carlos Fortea y prólogo de Jaime Fernández, recoge los tres primeros cuadernos según la edición canónica publicada en alemán, con lo cual nos encontramos ante una novedad de importancia dentro del género en español.
Ilusión y verdad del arte, de Nietzsche
Ilusión y verdad del arte es una antología de pensamientos de Friedrich Nietzsche en torno al tema de la ilusión y la autenticidad en el arte. Escogidos, traducidos y prologados por Miguel Catalán, dan una visión panorámica de las ideas del filósofo alemán sobre la función y el sentido del arte en la vida humana. Aunque el orden de los textos es temático y no temporal, por estas páginas van pasando ante los ojos del lector las distintas fases del pensamiento de Nietzsche hasta los casi desconocidos fragmentos póstumos.
Reflexiones del señor Z. no es un libro de aforismos, en el sentido clásico del término: sus 259 textos, más o menos breves todos ellos, encajan mal con la aspiración más o menos moral, más o menos sapiencial, del lapidario género más breve. Aquí, unos llevan a otros, como cuentas distintas de un mismo collar. Reflexiones del señor Z. tampoco es un libro de microrrelatos, entendidos como lentejuelas narrativas que brillan un momento, cuando incide sobre ellas la luz de la lectura, y luego se apaga. En este caso, la luz rebota y va dando saltos, sin encontrar un posadero al final.
La ventana invertida, del filósofo y mago Miguel Catalán, no es su primer libro. Ni es el primer libro suyo que leo. A Catalán, como a mí, le gusta lo breve. Seguramente, al igual que yo, lo ha leído todo. Sin duda es un lector exhaustivo, pero se queda con lo nuclear, lo contundente, lo esencial. Y todo ello le inspira lo propio. Esta “ventada invertida” lo presupone. Se nota que tiene un gran dominio de la concisión, al menos para expresar sus pensamientos por escrito. Y yo se lo agradezco profundamente. Esta ventana suya nos ofrece las reflexiones que se hace a sí mismo sobre su entorno más interno y externo.
La cruel certeza de Pérez Antolín
El aforismo goza de plena salud. Como género literario, ofrece una fórmula reflexiva, provocadora, asertiva que, pese a los interrogantes que es susceptible de abrir, da seguridad, pues proporciona una racionalidad que persigue poner en orden el mundo. Y el nuevo libro de Mario Pérez Antolín, La más cruel de las certezas, es un buen ejemplo de la actualidad del aforismo y de su eficacia como medio de expresar una racionalidad frente al desorden.
La cruel certeza de Pérez Antolín
El aforismo goza de plena salud. Como género literario, ofrece una fórmula reflexiva, provocadora, asertiva que, pese a los interrogantes que es susceptible de abrir, da seguridad, pues proporciona una racionalidad que persigue poner en orden el mundo. Y el nuevo libro de Mario Pérez Antolín, La más cruel de las certezas, es un buen ejemplo de la actualidad del aforismo y de su eficacia como medio de expresar una racionalidad frente al desorden.