José Luis Trullo.- Como describe José Luis Morante en su utilísimo y atinado prólogo a Apócrifo, "Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983), creador plural, traductor y docente en ejercicio en las aulas del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, se adentró en la tradición literaria paremiológica
en Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1869-2014). Señala también Morante aquellas característica más sobresaliente del aforismo que lo convierte en uno de los géneros más afines a la contemporaneidad, donde se pide todo y se pide ya: "El aforismo preserva la autonomía de cada fragmento y la pluralidad de inquietudes semánticas". Esta capacidad de aunar su insularidad formal y su capacidad de fecundar archipiélagos de sentido es la que, según los más eminentes expertos en la materia, es la que evitaría que el aforismo se precipite en la banalidad del tuit o en la seca rotundidad de la máxima clásica.
Apócrifo abunda en este tipo de aforismos abiertos a la ensoñación (los más fértiles), sin abusar de esa otra modalidad, más frontal y mecánica, que a los apasionados lectores nos resulta familiar y, por ello, menos llamativa. De este entre ellos destacaría los siguientes:
Ama: enrosca tus tentáculos.
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En todo lo que nos rodea habita un acertijo que no es necesario resolver.
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Amar es hurgar en el espejo.
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La inteligencia explica; la memoria implica.
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Bajar las escaleras es un arte; subirlas, una filosofía.
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La guerra no tiene el cinismo de la paz.
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Pensar es observarse en un espejo cuarteado. Escribir es cortarse con él.
Donde descuella especialmente Apócrifo es en los metaforismos, es decir, en aquellos aforismos sobre el propio género aforístico. Aquí demuestra Barrios que su quehacer teórico no le ha embarrado el terreno creativo, hasta vararlo; por el contrario, revela una sana autoironía que rezuma sabiduría y elegancia.
Me esfuerzo por terminar este aforismo y ni siquiera puedo comenzarlo.
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Los mejores aforismos los escupo en la calle. En el asfalto está mi aforística.
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Aforismo: argumento sin pr(em)isa.
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Lograr un aforismo memorable es como esculpir tu nombre sobre una piedra, sin
martillo y sin cincel.
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Los espacios en blanco esconden aforismos.
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La gracia de los proverbios: que se contradicen; la desgracia de los aforismos: que no dejan de hacerlo.
La abundancia de secciones que presenta Apócrifo habla de un proyecto ambicioso, híbrido en ciertos sentidos, ya que incluye diálogos imaginarios (con Manuel Neila, otra eminencia), un pequeño tratado comentado sobre el género aforístico (preñado de felices hallazgos), epitafios, microhistorias... hasta el punto de llevar el libro a un espacio libre y indómito, donde se yuxtaponen las breverdades sin complejos y sin ataduras.
Es, en resumen, Apócrifo un libro redondo -como una diana- en cuya lectura todos encontraremos algún motivo para el disfrute, y muchos dardos para gozar: los siempre humildes y nunca bien ponderados aforismos...
Enciclopedia de libros españoles de aforismos
Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.
Los aforistas que se ocupan de Dios
Una somera lectura de los libros publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que los aforistas españoles vivos, contra la impresión apresurada, sí se ocupan de Dios. A propósito de la publicación de la antología Las cosas que no son. Los aforistas y Dios por parte de Libros al Albur, reunimos un puñado de aforismos sobre Dios escritos por Juan Kruz Igerabide, José Luis García Martín, Gregorio Luri o Jesús Cotta, entre otros.
Cioran: la pausa del espíritu
Émil Cioran fue uno de los escritores más personalmente antihumanistas del s. XX. Nacido en Rumanía, hijo -como Nietzsche- de un pastor, recaló en París hasta su muerte, renegando de todos los rebaños. Sus libros, justamente célebres por su pesimista visión de la existencia, poseen una bella melancolía que los salva de la insulsa salmodia quejica. En ellos, además, encontramos muchos de los aforismos más redondos de la filosofía reciente; herederos, en parte, de los del Schopenhauer de Parerga y Paralipomena, así como de los textos breves de Lichtenberg y Kierkegaard, abordan de manera acerada y cruel algunos de los temas lacerantes de nuestra condición humana: la plenitud imposible, la muerte, el fracaso, la historia y sus pesos, la poesía y sus contrapesos... En El Aforista nos hacemos eco de algunos de los reunidos en El ocaso del pensamiento (1940), uno de sus títulos formalmente más equilibrados y austeros, si es que se pueden usar dichos epítetos en un autor tan decididamente desmesurado.
Pessoa: aprender a no ser nadie
La obra y la personalidad de Fernando Pessoa han sido sobradamente estudiadas, analizadas e incluso desmenuzadas desde que, en 1982, se diera a conocer uno de los títulos mayúsculos del siglo XX, su proteico y deforme Libro del desasosiego. La pluralidad y heterogeneidad del autor eran, no sólo conocidas, sino fomentadas por él mismo, así que sería ocioso abundar de nuevo en ello. Aun así, tal vez se haya incidido excesivamente en su gusto por los heterónimos desde la perspectiva de la multiplicación de la identidad personal, orillando el hecho de que, detrás de ella, late un proyecto de destrucción de la misma, una verdadera tarea de conquista del anonimato esencial del ser humano.
Gil-Albert: el placer de discurrir
Un arte de vivir es un volumen misceláneo, compuesto por anotaciones dispersas entre las cuales los aforismos tienen un papel destacado, donde Juan Gil-Albert (Alcoi, 1904-Valencia, 1994) "escribe, como si se tratara de un dietario personal", en palabras de Claudia Simón, aquellas reflexiones en bruto que luego darían pie, o no, a algunos de sus poemas, ensayos o artículos de prensa. Ese carácter primario, un tanto visceral, nos permite acceder a la intimidad del escritor desde una perspectiva nueva, la cual ya habíamos avizorado en su Breviarium vitae. Son sus disquisiciones, aun inspiradas en la España de su época, de total actualidad, plenamente vigentes, lo cual nos informa, para nuestro espanto, de lo poco que cambian algunas naciones por mucho que muden sus estructuras políticas, y para nuestro consuelo, de lo mucho que perviven los buenos textos cuando apuntan a lo esencial.
Los sofismas de Vicente Núñez
Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926 - 2002) empezó a publicar sus peculiares 'sofismas' en octubre de 1987, y siguió haciéndolo prácticamente hasta su muerte en las páginas de los periódicos Córdoba y El Correo de Andalucía. Según indica Miguel Casado, "se trata de tiradas breves, que recogen en cada caso ocho o diez frases, sin una especial ordenación ni alguna clase de afinidad temática". Estos sofismas se recogieron en volumen en varias ocasiones: Sofisma (1994), Entimema (1997) o Sorites (2000). El propio Casado publicó la antología Nuevos sofismas (Germania, Alzira, 2001), en la cual agrupaba los aforismos por temas, a modo de diccionario extravagante; con ello muchas de las anotaciones se iluminaban entre sí, logrando una apariencia sistemática que tal vez no había buscado conscientemente el autor (lo cual no significa que no existiera). En El Aforista compartimos algunos de los aforismos de este libro que más nos han llamado la atención.
Karl Kraus: el artista es el Otro
En palabras del filósofo y aforista Miguel Catalán, "de la síntesis entre lo ético estético procede la importancia del aforismo que, a partir de 1905, irá dominando toda la escritura del austríaco Karl Kraus (28 de abril de 1874 - 12 de junio de 1936), pero que constituye también la forma secreta de toda su escritura. Canetti lo expresa indicando que en sus libros y discursos nunca existió un principio organizador dominante, sino que las frases aisladas (inatacables, perfectas) iban ensamblando, el modo de sillares, una Muralla China igualmente eficaz en todas sus partes. Quintaesencia de su estilo y de un ideario personal que intentaba unificar fondo y forma, el aforismo de Kraus presenta una densidad excepcional y unas aristas cortantes, cualidades que tanto influirían en el estilo de escritura de Ludwig Wittgenstein, Elias Canetti, Thomas Bernhard o Peter Handke". El Aforista publica una breve selección de los aforismos de Karl Kraus, extraídos de La tarea del artista (Casimiro, Madrid, 2011), con la pertinente autorización de su traductor y antólogo, el propio Catalán, a quien agradecemos su generosidad.
María Zambrano: la entraña del cielo
En el libro titulado Dictados y sentencias (Edhasa, Barcelona, 1999), Antoni Marí realizó una selección de frases entresacadas de las obras de María Zambrano, tal vez la autora más densa, honda y audaz del pensamiento español de todos los tiempos. La exigencia de claridad que la propia Zambrano planteaba como horizonte moral y conceptual de la filosofía se traduce en un estilo con sobreabundancia de expresiones rotundas, apodícticas, válidas por sí mismas aunque deudoras de una cosmovisión que las ilumina y dignifica. Es por ello que la operación desnaturalizadora de Marí, y en general de todas las antologías que destilan aforismos a partir de textos de otra naturaleza, encuentra en este caso una plena justificación, tanto filosófica como poética.