José Luis Trullo.- Soy de la opinión que el mejor aforismo, y también el que mayor futuro tiene ante sí, es aquel que se deja seducir por las mejores virtudes de la poesía, esto es, el tropo y el ritmo. Frente al aforismo clásico, de estirpe ética, que opta por una expresión apodíctiva de mensajes unívocos, en nuestra época se viene constatando el despliegue de una formulación menos severa y campanuda, coqueteando con los límites entre lo dicho y lo insinuado, lo cual deja amplio espacio para la interpretación del lector y su aportación léxica.
En los aforismos de Kullick Lackner encuentro todas estas virtualidades que hacen presagiarle al género más breve un amplio y fructífero recorrido literario, plagado de hallazgos y también, por qué ocultarlo, de peligros (entre ellos, el incurrir en meros devaneos sin mayor calado conceptual).
Cierto es que el aforismo contemporáneo cuenta con sólidos mimbres en la tradición que le surten de asideros suficientes para no fracasar en el empeño. Un autor como Joseph Joubert, en cuyos cuadernos conviven con fortuna los apuntes líricos con la indagación filosófica, brinda una pauta acertada por la que discurrir sin despeñarse. Algunos de los aforismos de Kullick Lackner podrían haber sido extraídos perfectamente de entre las páginas escritas por el sensible escritor francés, como es el caso de "El respeto es la cumbre de hielo donde se estrellan las más bajas pasiones": encontramos en él la síntesis de metáfora y concepto, o "Cuando los huesos tienen frío, el alma salta sobre la hoguera de los recuerdos".
También me gusta recordar, a este respecto, las estimulantes aportaciones que realizó Peter Handke en sus diarios (El peso del mundo e Historia del lápiz), en los cuales se entreveraban de manera fluida y natural las intuiciones cotidianas con las ricas epifanías de un sentido más hondo. Kullick Lackner también cultiva este tipo de anotaciones, en el borde de la confesión transmutada por la diestra pincelada poética: "Llegué a Boston con un ojo y un oído tapados, lacrados. Ante estridente música italiana el oído se desvistió a los tres días. Mi ojo se desnudó ante la luz de un cuadro de Renoir". Cierto que este es el terreno literariamente más resbaladizo, y donde el riesgo es más extremo, pues en él los pies del escritor pisan sobre una superficie lábil (familiar para él, ajena para el lector); sea como fuere, siempre son bienvenidas estas oxigenadas aportaciones de vida real, aun cuando a veces pinchen en hueso, pues nos permiten a acceder al Lebenswelt o mundo de la vida ‒en terminología husserliana‒ del que dimanan aquellos aforismos más abstrusos y escarpados.
Uno de los aspectos más llamativos de la escritura aforística de Kullick Lackner es, precisamente, su capacidad para extraer significados ocultos de sus propias vivencias, develando su magia intrínseca gracias a una mirada tierna y acogedora. Ella misma lo admite al escribir: "Amo profundamente lo que veo y desconozco. Temo en cambio a lo que conozco y no puedo ver". Esa inquietud respecto a la venda que el discurrir de los días nos pone ante los ojos, y que cualquiera que cultive la escritura debe desgarrar para poder acceder a lo que siempre está ahí, se traduce en un denodado esfuerzo por captar las imperceptibles señales que emiten las cosas y personas que nos rodean. Los aforismos se convierten, entonces, en pruebas de vida externa y, a la vez, en oportunos estímulos a la respuesta subjetiva de la autora, que no duda en dialogar activamente con ellas, sonsacándoles con delicadeza aquel mensaje que, como la paloma bíblica, parecen traerle en el pico.
Destacan en el libro las secciones consagradas a los hijos y a la muerte, donde percibimos una elevada implicación emocional que redunda en frases aceradas, incisivas y sumamente certeras. Los aforismos imperativos son novedosos, y especialmente afortunados aquellos en los que la autora aborda el tema erótico, donde exhibe un estimulante sentido del humor. Su orgullosa reivindicación de la soledad, a la que califica de "capricho de los dioses", también se nos antoja salutífera, desde el momento en que ha sido precedido por sobrados testimonios de su capacidad para el diálogo y el intercambio con otras subjetividades. Y todo ello, tejido puntada a puntada por la aguja sabia de una mujer sensible que admite, sin dolerse prendas, que su "alma, tan delgada como ala de mariposa, tiene miedo incluso de un tibio soplo". Tanta vulnerabilidad aliada con tanta inteligencia sólo podía dar como fruto este libro que el lector tiene entre las manos, donde se conjugan con magnífico equilibrio los más profundos sentires con los más diáfanos decires.
(Prólogo al libro Annaforismos, de Anna Kullick Lackner, publicado en 2019 por la Universidad Nacional Autónoma de México en su colección Esquirlas).
Se publica el primer Anuario del Aforismo Español
Apeadero de Aforistas publica el primer Anuario del Aforismo Español, destinado a reunir en un único volumen textos de creación y reflexión sobre el género más breve. Con ello, Apeadero de Aforistas trata de dotar al género más breve en España de una herramienta útil para el debate y el estudio. Incluye aforismos inéditos, reseñas de los libros más relevantes publicados durante el año y artículos de análisis. Escriben, entre otros, Ramón Andrés, Carmen Canet, José Mateos, Carmen Camacho, Manuel Neila, Eliana Dukelsky, Gemma Pellicer, Ander Mayora o Felix Trull.
Dionisia García: comprender mejor el mundo
Dionisia García escribe para comprender mejor el mundo y poder pararse a valorar las cosas elementales de la vida que, a veces, desatendemos. Estas son las intenciones que tienen las palabras que la autora reúne en estos aforismos que son búsquedas, primores de lo cotidiano que olvidamos y que ella con su sabiduría, sensibilidad, más el bagaje que dan los años, nos entrega generosamente. Con un estilo claro, humor fino y elegante, con un lenguaje sencillo y humano envuelto en poesía, sus frases nos sorprenden porque elevan lo cotidiano y lo elemental como una cometa que puede llegar a lo más alto.
Aforismo y pensamiento: una aproximación
El aforismo, que antaño sintetizaba las grandes verdades en un formato lapidario y contundente, se aviene en el siglo XXI a entremezclarse con la nota lírica, con la divagación, con el apunte irónico. Ya no admite el tono campanudo de otras épocas, tal vez más ingenuas. Sabemos demasiado como para seguir haciéndonos trampas al solitario. Quisimos ser como dioses, y nos hemos descubierto aprendices de bufón. A duras penas podemos tomarnos a nosotros mismos en serio. Ahora, pensar se limita a registrar nuestra propia impotencia, bajo el aspecto de verdades raudas, provisionales.
Defensa de los libros de aforismos (y de los aforismos en libro)Dionisia García: comprender mejor el mundo
Dionisia García escribe para comprender mejor el mundo y poder pararse a valorar las cosas elementales de la vida que, a veces, desatendemos. Estas son las intenciones que tienen las palabras que la autora reúne en estos aforismos que son búsquedas, primores de lo cotidiano que olvidamos y que ella con su sabiduría, sensibilidad, más el bagaje que dan los años, nos entrega generosamente. Con un estilo claro, humor fino y elegante, con un lenguaje sencillo y humano envuelto en poesía, sus frases nos sorprenden porque elevan lo cotidiano y lo elemental como una cometa que puede llegar a lo más alto.
Aforismo y pensamiento: una aproximación
El aforismo, que antaño sintetizaba las grandes verdades en un formato lapidario y contundente, se aviene en el siglo XXI a entremezclarse con la nota lírica, con la divagación, con el apunte irónico. Ya no admite el tono campanudo de otras épocas, tal vez más ingenuas. Sabemos demasiado como para seguir haciéndonos trampas al solitario. Quisimos ser como dioses, y nos hemos descubierto aprendices de bufón. A duras penas podemos tomarnos a nosotros mismos en serio. Ahora, pensar se limita a registrar nuestra propia impotencia, bajo el aspecto de verdades raudas, provisionales.
¿Pierde algo el aforismo, en cuanto manifestación literaria, con su proliferación actual, ajena al formato libro (p. ej., redes sociales)? ¿Está el género más breve condenado a sobrevivir en un rincón, sin relevancia, sin densidad, flotando en el ambiente, confundido entre eslóganes publicitarios y consignas políticas, cívicas y sociales? En este texto se reflexiona sobre la necesidad que tiene el aforismo, y el lector de aforismos, del formato libro para poder alcanzar la profundidad que requiere y que merece.
Se da a conocer el veredicto de los Premios AdA de Aforismo
En su afán de promover el mejor conocimiento del aforismo español contemporáneo, en todas sus facetas, Apeadero de Aforistas promueve los primeros Premios AdA de Aforismo, correspondientes a los títulos editados durante 2018. Estos premios no tienen dotación económica y su propósito no es otro que el de llamar la atención del público lector sobre ciertas obras y autores que, en opinión del jurado, han destacado por su calidad a lo largo del año anterior. El veredicto fue dado a conocer en el curso de la Jornada Nacional de Aforistas, celebrada el sábado, 30 de marzo de 2019, programada dentro de los actos de la Semana del Aforismo de Sevilla. El acto tuvo lugar en el salón de actos de la Biblioteca Pública de la capital andaluza.
El Aforista abre un canal propio en YouTube
Con el propósito de compartir con autores y lectores de aforismos aquellos materiales de carácter no estrictamente textual (conferencias, debates, presentaciones de libros, lecturas), El Aforista ha abierto un canal en You Tube al que vamos a subir, con regularidad, vídeos y audios acerca del género más breve. Os invitamos a conocerlo.
Caosmos: ¿cómo se organiza un libro de aforismos?
La cuestión de cómo organizar un libro de aforismos (cuya génesis suele ser azarosa e incluso caótica, al ritmo de la ocurrencia y la inspiración) está cobrando, con la maduración del género, una urgencia insoslayable. Si, hasta fechas recientes, el lector acogía con gusto -e incluso con cierto alivio- la relativa informalidad con que se sucedían los aforismos en los volúmenes al uso, lo cual les otorgaba la apariencia de cuaderno de notas o diario al vuelo, la proliferación de títulos aforísticos que se ha venido produciendo en los últimos años amenaza con saturarle ante el aluvión de frases inconexas y sugerencias sin hilación aparente entre sí.
Los aforistas y la paternidad
¿Qué queda de la paternidad en el siglo XXI? ¿Hay todavía hombres que la vivan como un hecho gozoso y crucial de sus existencias, incluso como una suerte de “bautismo” personal? Con el objetivo de aportar alguna luz a este asunto, capital en la vida de todo hombre, Libros al Albur ha invitado a varios aforistas a aportar sus textos donde dejan constancia de su experiencia personal al respecto, lo cual ha dado como fruto Fili Mei. Los aforistas y Dios, una antología que verá la luz en breve. Publicamos un breve adelanto en exclusiva.
Más allá de la brevedad
El aforismo es el género más breve, de eso no cabe ninguna duda. Sin embargo, cuanto más vueltas le doy a esta evidencia material, más tiendo a revisar las bases sobre las que se funda. Aunque resulta irrebatible que el aforismo logra plasmar una idea de forma sumamente eficiente, empleando el menor número de recursos, no me parece que sea esa la condición suficiente para tildar de aforística una frase cualquiera.
Enciclopedia de libros españoles de aforismos
Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.
Ética del aforismo
En las distintas disecciones que ha sufrido el género aforístico en los últimos tiempos, son preferentes aquellas que lo abordan desde una perspectiva filológica, tratando de precisar sus contornos formales (más allá de los cuales cambiaría de nombre), o bien filosófica, atendiendo a sus principios epistemológicos, de captura necesariamente fugaz de una realidad siempre cambiante. Personalmente, echo de menos prestar mayor atención a una dimensión que escapa tanto a uno como a otro abordaje teórico, y es el que atañe a la ética del aforismo. En este artículo, se trata de acometer dicho abordaje para delinear una posible moralidad subyacente a la elección de la brevedad como forma de expresión literaria.
El aforismo ante el espejo
Toda acometida teórica sobre el aforismo corre el riesgo de asfixiar lo que éste posee de más genuino, justamente: su lacónica e indómita polisemia. Tal vez del aforismo sólo pueda dar cuenta veraz, leal y confiable... otro aforismo. En esta brevísima antología recogemos algunos de los "metaforismos" (o aforismos al cuadrado) que hemos espigado de entre los libros publicados por autores españoles vivos en los últimos años.
Los aforistas que se ocupan de Dios
Una somera lectura de los libros publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que los aforistas españoles vivos, contra la impresión apresurada, sí se ocupan de Dios. A propósito de la publicación de la antología Las cosas que no son. Los aforistas y Dios por parte de Libros al Albur, reunimos un puñado de aforismos sobre Dios escritos por Juan Kruz Igerabide, José Luis García Martín, Gregorio Luri o Jesús Cotta, entre muchos otros.
El Aforista comienza una ronda de entrevistas con poetas que, en algún momento, se sintieron atraídos por el género más breve y empezaron a escribir aforismos hasta incorporarlos a su quehacer cotidiano. Empezamos con Ana Pérez Cañamares, León Molina, Raquel Vázquez, Karlos Linazasoro, Miguel Cobo Rosa, José Luis Morante y Erika Martínez.